sábado, 30 de enero de 2010

Corriendo para llegar a alguna parte

Por alguna razón que desconozco fui al edificio donde trabajaba antes, no sé porque, pero la cuestión es que estaba ahí, saliendo de ahí para ser precisos, me di cuenta que me faltaba algo y tuve que volver a buscarlo. Cuando estoy frente al ascensor se abre la puerta y aprovecho para subir, seis pisos por escalera no son para cualquiera. Justo antes de que la puerta se cierre entra una chica, pelo y ojos claros, arranca el ascensor.

Lo siguiente que recuerdo es que el ascensor está roto, de alguna manera sé que se cayó tres pisos, hasta el sótano, y es de noche, no sé como lo sé, porque no se ve el cielo o algo que indique que es de noche, pero lo sé. La puerta está salida de sus guías y logramos salir, se nos acerca un guardia y nos pregunta

- ¿Qué les pasó?
- Se cayó el ascensor ¿no se dieron cuenta?
- No, nos llamaba la atención que no viniera.

Salimos, y corroboro que es de noche, apenas podemos caminar, pero tenemos (si o si) que llegar a algún lado al que solo se llega caminando, ok allá vamos, rengueando. La ciudad está devastada, como película de zombies, pero sin zombies :(.

Luego de varias cuadras sin inconvenientes nos encontramos con que el camino está bloqueado por unas plantas con pinches. Para cruzar hay un puentecito, le digo a la chica que tenga cuidado de no pincharse con las plantas, mientras veo como se corta un dedo con una hoja. Tenemos que apurarnos a cruzar, seguro que del otro lado tienen un antídoto (?). Cuando llegamos al otro lado es demasiado tarde, ya se convirtió en un yanquee gordo con anteojos.

Por lo menos ahora ya no rengueamos, adelante vemos unas cabinas de peaje "para pasar son 10 pesos", le doy un billete de 10, "10 cada uno", "dame ese y te doy este de 5o", el tipo se queda con los dos billetes, le reclamo el vuelto y me da 100 pesos, salimos corriendo, el yanquee hace gestos de que tenemos que devolver la plata, yo le digo que se apure antes de que se den cuenta. La madre, gorda, del cajero del peaje lo putea porque dio mal el vuelto, acelero el paso, el gordo no me puede seguir el ritmo "apurate o me subo solo al micro", ya veo la terminal, está a unas cuadras, solo unos metros más, escucho el ruido de los micros y la gente hablando los altoparlantes dicen algo muy importante pero no llego a escucharlo, lo van a repetir, ahora lo dicen riiiiiiiiiiiiinnnnnnnnnnngggggggggg riiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiinnnnnnnnnnnnngggggggggg sonó el despertador

sábado, 16 de enero de 2010

El bingo de palabras, o como soportar una reunión

A pedido de Zort, como fuera prometido en lo de Diego y por insitencia de uno que no importa quien es, escribo este post en unos minutos que conseguí de tiempo, cosa difícil por estos días.

Cualquiera que haya estado en una reunión sabe lo aburridas que pueden llegar a ser sobre todo cuando es una de esas reuniones maratónicas con un montón de gente para informar el nuevo rumbo de la compañía (o porque no van a dar el aumento o...) pero además de aburridas están llenas de lugares comunes, frases hechas que se repiten y cliches similares. Teniendo en cuenta esto mis jefes (no, la idea no es mia, lo inventaron ellos antes de ser jefes) inventaron un juego: El bingo de palabras.

Las reglas son las siguientes:

  • Cantidad de participantes: 2 ó mas (y si, de a uno es aburrido), el límite es la cantidad de presentes en la sala menos la cantidad de oradores.
  • Elementos necesarios: Papel, lapiz (lapicera o lo que te guste), si por alguna razón no se puede escribir durante la reunión hará falta buena memoria.
Inicio del juego

En el momento en que llega el fatídico mail anunciando la reunión empieza el juego. Cada uno de los jugadores debe elegir una decena de palabras y anotarlas en un papel pudiendo disponerlas en "lineas", cual cartón de bingo. Si la reunión es muy larga se pueden utilizar más palabras.

Desarrollo del juego

Durante la reunión cada participante debe ir tachando palabras de su lista a medida que estas son pronunciadas por el/los oradores, es por esto que aquellos que van a hablar no pueden participar.

Finalización del juego

El juego termina cuando termina la reunión.

Elección del ganador

Gana el participante que haya tachado mayor cantidad de palabras. En caso de que dos o más jugadores tengan la misma cantidad de tachaciones ganará aquel que haya dicho la palabra "linea" o "bingo", durante la reunión y en vos alta para que lo escuchen todos los participantes, al momento de alcanzar el hito correspondiente.

Obviamente que se pueden agregar nuevas reglas para complicar más el juego o hacerlo más divertido.

Lo bueno de este juego es que se puede usar en diversos tipos de reuniones, como el cumpleaños de la tía-abuela de 80 años, o en el colectivo/subte o en cualquier lugar en el que un grupo de gente esté hablando.

Ahora ya no tienen excusas para quedarse dormidos en la reunión de consorcio.